Los servicios de granallado son reconocidos a nivel global por su mejora segura en las propiedades y características mecánicas de las piezas. Sin embargo, aún quedan clientes que todavía no han incorporado este tratamiento a sus productos.
Aquí te damos algunos argumentos para convencerlos sobre por qué deben contar con el granallado, un acabado imprescindible en sus artículos.
Todo beneficios para tus clientes
Por si no lo sabías, la calamina es una capa de óxidos que se alojan en la superficie de los perfiles laminados en caliente. A diferencia de otros óxidos, tiene un color negro azulado. Es necesario removerlo ya que acelera la corrosión y provoca mala adherencia de recubrimiento.
Gracias al granallado se elimina la calamina, lo que no se consigue con otros tratamientos como el fosfatado, rascado o cepillado.
Además, el granallado crea un aspecto homogéneo en toda la pieza con la misma rugosidad a lo largo de toda la superficie. La ventaja es que esto permite ocultar posibles defectos estéticos de la pieza, a la vez que hace que el revestimiento se fije con precisión (normalmente suele ser pintura u otros tipos de acabado).
También podemos añadir que mejora la resistencia a la fatiga y a la corrosión, y eso incrementa la calidad de la pieza.
Para acabar, reduce la necesidad de mantenimiento ya que la aparición de óxido es mínima.
Como se aprecia en la imagen, la bola de disparo de la granalla puede ser en diferentes tamaños.
Aplicaciones de los servicios de granallado
Casi toda clase de industria se beneficia del granallado, de acero u otra aleación. Algunos de los usos más comunes son en:
– Motores eléctricos
– Refuerzo de instalaciones metálicas, como tuberías
– Piezas de aluminio, en especial las dedicadas a ferroviaria o automoción
– Tanques de combustible
– Otros